Imprimir
Desde hace varias semanas, sindicatos de ámbito corporativo en las administraciones públicas han iniciado una campaña en la que denuncian un pacto de CCOO y UGT con el Gobierno para volver a reducir los salarios de los empleados públicos.
El colofón de esta estrategia, de momento, fue una editorial del periódico ABC del pasado día 13, en el que decía que en connivencia con los sindicatos mayoritarios, el Gobierno podría imponer un recorte adicional en los sueldos de los funcionarios y por extensión en el del resto de los trabajadores y trabajadoras afectados por el tijeretazo salarial de 2010.
Los medios de comunicación que están difundiendo estas insidias, se basan en los contenidos del Programa de Estabilidad 2011-2014 recientemente enviado a Bruselas, en cuyas páginas 24, 25 y 26 relatan cómo se ha producido el anterior ajuste, qué medidas impuso el Gobierno con el consenso de casi todos los partidos parlamentarios, la política de privatizaciones aplicada con la venta de participaciones en AENA y Loterías y las medidas de gobierno que podrían adoptar de considerarlo oportuno, medidas que ya vienen reseñadas en las leyes de presupuestos generales para 2011 y que no representan ningún secreto, por lo que sacar este problema ahora no tiene otra virtualidad que la de entorpecer determinadas acciones sindicales que tratan de abrir un camino para la recuperación de los acuerdos de septiembre de 2009, ejerciendo con ello el derecho a la negociación colectiva.
Es curiosa la coincidencia de estas noticias, con la ofensiva del Gobierno y del Partido Popular para consolidar los recortes sociales y salariales, haciendo uso del altavoz que les confiere la campaña electoral, pues ni uno ni otro se apean de la necesidad de reducir las condiciones laborales, reducir los salarios y establecer más precariedad laboral.
El señor Rajoy, en una entrevista publicada en el diario La Razón el 8 de mayo, afirma que en su programa de gobierno figura promover una mayor flexibilidad y que promoverán que los convenios tengan en cuenta los intereses generales de la economía y que se incluya la posibilidad de descuelgue, al tiempo que se manifiesta abierto a hablar de la reducción de ayuntamientos con el consiguiente impacto en el empleo y las economías de las zonas afectadas.
El Gobierno sigue atento a los procesos de evolución especulativa internacional, teniendo en la cartera el Ministerio de Economía acciones de mayor reducción del déficit, entre las que podrían figurar nuevos ajustes salariales, despidos… en caso de que la economía española entrase en una espiral de desestabilización que la llevara a lo que desean los especuladores capitalistas: la intervención.
CCOO viene manteniendo coherencia en las intervenciones contra los recortes, los que se han producido con la convocatoria de una Huelga General de empleados públicos (otros sindicatos no lo hicieron), convocando otra Huelga General contra el incremento de la edad de jubilación, convocando miles de manifestaciones, paros sectoriales, luchas… que están tratando de cohesionar a los empleados públicos en la defensa de los empleos y la calidad en los servicios.
Mienten los medios conservadores de comunicación, mienten descaradamente cuando tratan de imputarnos en maniobras que ellos sí conocen pues se hablan en sus despachos de abogados, en sus cenáculos, en sus reuniones de oligarcas especuladores, ávidos de miseria para la gente trabajadora.
Mienten los sindicatos corporativos, siempre atentos a lamer las manos de los jerarcas que les alimentan, que les confeccionan las listas, que les imponen en las empresas, que les alientan y protegen frente al sindicalismo de CCOO, democrático, participativo y de clase.
Inesperadamente, los que diseñan la estrategia de la mentira cuentan con unos aliados espontáneos, personajes enajenados dispuestos a creerse todo tipo de fábulas, conspiranoicos de reducidas luces y escasas entendederas que son capaces de dar valor a todas las soflamas conservadoras; personajes que siempre han acompañado a la clases opulentas para reírles las gracias y justificar su explotación.
Estamos en una nueva encrucijada, prácticamente cada día hay que decidir sobre el camino que se debe tomar, pues una parte importante del mundo social y laboral que hemos conocido de está derrumbando y en la lucha y el debate tenemos que encontrar salidas, sobre la base de propuestas nuevas, alejados de la intoxicación, la manipulación y el engaño. La clase trabajadora tiene unos objetivos de emancipación, de autonomía, de justicia, de libertad y democracia y sobre estos criterios hay que avanzar para construir un bloque diverso pero unido, que sea capaz de reinvertir el curso de la crisis económica.
En ese espacio de propuesta y de unidad sobre un mínimo democrático y social, está CCOO empeñando sus mejores esfuerzos y saberes.
Julio, simplemente genial.
ResponderEliminarAhora a difundirlo!!!!
Ray
Todo el mundo quiere sacar provecho de la desinformación de la sociedad, dado que todo el mundo se informa a titulo de comentario y de cafe, nadie entra a interesarse por buscar la verdad y compararla con el comentario de calle, que siempre se traduce de manera mal-intencionada, eso si la voz populi y la que llega a más gente y más daño hace,eso si con la intervención de algunos medios de información en connivencia
ResponderEliminarTEngo la certeza de que CC.OO. no ha conspirado con nadie para que nos vuelvan a imponer recortes. De la misma forma que tengo la certeza de que los que no secundaron la huelga cuando nos sustrajeron el 5% estaban invitando a cualquier gobierno a volver a sustraernos otro 5%.
ResponderEliminar¡¡Que miserable es el que no fue capaz de perder un día de jornal -que también podían entregar a una ONG por solidaridad en caso de no poder hacer huelga- para defender la dignidad de nuestra retribución; y ahora quiere hechar balones fuera!!
La decisión de salir a la calle el día que nos quitaron el 5% era individual, no hacia falta ninguna convocatoria. Yo hubiese ido solo y me alegro que CC.OO. y UGT nos permitiesen ir organizados.
El que no secundo la huelga ni dono su jornal de un día a una ONG se equivocó. Su decisión me perjudico. Sin embargo, Yo le perdono. Pero que ahora quiera hechar balones fuera o liar la madeja para confundir a la gente es ruin, indecente y perjidicial para la dignidad del empleado público.