La Sección Sindical de Seguridad y Movilidad de
CCOO del ayuntamiento de Madrid muestran su más profunda desolación y tristeza
por la muerte de Carmen Muñoz García, y acompaña en el sentimiento a su familia
y amigos, así como que deseamos la pronta recuperación del compañero de policía
municipal, Santiago Lozano.
También queremos manifestar que el único culpable
de este hecho despreciable, no nos cabe duda, recae sobre el sujeto que el día
8 de agosto puso fin a la vida de una persona e hirió gravemente a otra y que
esperamos que sea detenido y puesta a disposición judicial lo antes posible.
En efecto, Carmen, era una policía veterana:
era una de las primeras mujeres que ingresó en un colectivo compuesto
mayoritariamente de hombres, y que abrió un difícil camino a otras muchas
mujeres en una España que estrenaba libertades y normalidad democrática.
Cómo
no podría ser de otra forma, la pasta de Carmen era la de una mujer luchadora
que seguía patrullando con 62 años, sabedora de las dificultades, la penosidad,
y el peligro de la profesión.
Sin embargo desde que se produjera este hecho luctuoso,
ha sido inevitable que desde grupos políticos, sindicatos y plantilla, se haya
trasmitido una sensación de indignación por el hecho de que Carmen tuviera 62
años y siguiera patrullando más allá de que en efecto la compañera tuviera la
capacidad de poder hacerlo. Sin embargo esta sensación no es nueva, y parece
tener relación con la percepción de deterioro y caída en vacío del Cuerpo de
Policía a cuenta de incumplimientos, recortes, y una organización de escaparate
hacia fuera, y carencias, y necesidades hacia dentro, a lo que se ha de sumar
las políticas nefastas de recortes del Gobierno de la Nación.
Hoy por hoy el ayuntamiento no ha cumplido con
la ley de Coordinación de las policías locales de la Comunidad de Madrid no
desarrollando una segunda actividad con destino para policías mayores de 55
años, por lo que además de denunciar públicamente, una vez más, este
incumplimiento, exigimos que se convoque urgentemente la mesa sectorial para
negociar su desarrollo reglamentario, y sea una realidad. Así mismo CCOO, UGT,
CSIF así como los sindicatos corporativos de policía local, seguimos reclamando
la anticipación de la edad de la jubilación por la peligrosidad de nuestra
profesión. Y esa es también la indignación: no debiera haber un patrullero o
patrullera con 62 años en las calles.
Por el contrario, a la carente cultura de
prevención de riegos del ayuntamiento en Policía Municipal de Madrid, que CCOO
demostró
en su detallado informe de 2011 que dio lugar tras la visita a las unidades del
Cuerpo, se suma la brutal oleada de recortes en medios materiales, y
fundamentalmente en platillas de tal modo que el hecho de que un patrulla sea
cubierto por policías de 62 y 52 años parezca una excepción, será en breve lo
normal, pues a la falta de desarrollo de las casi 200 plazas aprobadas, se suman
las constantes jubilaciones que hacen que la plantilla esté cayendo en picado.
Los decretos del Gobierno, imponiendo tasas de
reposición del 10% terminarán por liquidar el equilibrio platilla-edad-servicio
en una plantilla que en 5 años aproximadamente podrían estar más cerca de los
5000 efectivos que de los 7000 como alardea la alcaldesa.
La desastrosa gestión faraónica de Gallardón y
sus impagos a proveedores ha sumido al ayuntamiento en un Plan de ajuste hasta
2022, que estamos pagando los empleados públicos del ayuntamiento de Madrid, y
que solamente en policía ha supuesto una modificación y recorte en su
presupuesto de 2012, de casi 6 millones de euros (aprobado por la junta de
gobierno el pasado 10 de mayo), afectando, entre otras partidas, a vestuario,
trasmisiones, y el cambio de los viejos revólveres a pistolas, lo que supone
que además se seguirán manteniendo los actuales chalecos “antibalas” sucios,
pesados, y de talla única, que vienen de dotación en los patrullas (ni siquiera
para motoristas, jinetes, o policías a pié o sin uniformar), y que no están diseñados
ni para llevarlos puestos en el patrulla, ni para llevarlos más de una hora.
Los sindicatos venimos reclamando chalecos
individualizados que los policías seguimos teniendo que comprar de nuestro
bolsillo.
Ampliar más jornadas, desentenderse de la
prevención de riesgos, penalizar económicamente las bajas por enfermedad,
recortar en medios materiales, no implantar la jubilación anticipada ni la
segunda actividad, cargar de trabajo a las plantillas, no crear el empleo
necesario que rejuvenezca a las platillas, es una política medida por aquellos
que desde las políticas neoliberales describen a los empleados públicos como
privilegiados, mientras con sus recortes aumentan sus riesgos y su penosidad en
el trabajo y en sus condiciones laborales.
Sección
Sindical de Seguridad y Movilidad de
CCOO del
ayuntamiento de Madrid
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