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LA SEGURIDAD ES UN DERECHO DE LA CIUDADANÍA, ....., CON LOS RECORTES ..... QUIEREN DESTRUIR LA SEGURIDAD PÚBLICA, ...... NO NOS CALLARÁN,

Presentación

Estamos viviendo en una sociedad de información que depende cada vez más de la creación, la administración y la distribución de la información, el acceso a las nuevas tecnologías en materia de información nos ofrecen infinidad de posibilidades para comunicarnos que debemos aprovechar, obvio es afirmar que disponer de información y poder transmitirla tiene una importancia fundamental para las organizaciones sociales.

La pretensión de crear este Blog, supone cumplir varios retos, el primero darnos a conocer, resulta fundamental que todos nuestros lectores, sean o no afiliados a nuestro Sindicato, conozcan y participen de nuestros trabajo, en segundo y mas importante, pretende ser un lugar de encuentro donde compartir ideas, intercambiar opiniones y realizar propuestas.

Desde esta perspectiva, intentaremos dia a dia proporcionar la información que consideremos importante para fortalecer la salud del colectivo policial desde el prisma sindical.

Os esperamos.

martes, 4 de enero de 2011

Entrevista a Pilar Villacorta (secretaria de la Mujer de la Asociación Unificada de la Guardia Civil, AUGC), sobre actuaciones en casos de violencia de género

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Pilar Villacorta es, desde 2008, secretaria de la Mujer de la Asociación Unificada de la Guardia Civil (AUGC) y jefa de una de las patrullas del Servicio de Protección de la Naturaleza en Cantabria, conversamos con ella sobre las actuaciones en casos de violencia de género en el mundo rural.

PILAR VILLACORTA tiene dos pasiones: las motos y el monte. En su trabajo confluyen ambas, por eso le gusta: cada mañana se sube a una moto y recorre patrullando el monte cántabro. Lleva 14 años en el Servicio de Protección de la Naturaleza (SEPRONA) de la Guardia Civil, un cuerpo al que las mujeres pueden acceder sólo desde 1988.
 
A Pilar Villacorta le importa, y mucho, cómo se realiza el trabajo de violencia de género desde los pequeños cuarteles ubicados en las zonas rurales, desde qué campañas específicas de sensibilización habría de realizarse desde los organismos de igualdad hasta qué tipo de formación deberían recibir los agentes de la Guardia Civil, pasando por supuesto, por la atención que reciben y deberían recibir las víctimas.
 
Las mujeres han accedido a este cuerpo pero las discriminaciones sexistas siguen vigentes, Pilar Villacorta relata situaciones kafkianas (dice ella): “En el momento en que el que tuve a mi primer hijo, me llamaron de la Dirección General para preguntarme si iba a continuar”.
 
La Asociación Unificada de la Guardia Civil (AUGC), creada en 2008, cuenta en la actualidad con 30.000 personas afiliadas y en los últimos años está tomando nota de las situaciones especiales que viven las profesionales, desde la Secretaría de la Mujer se enfrentan a las denuncias por razón de sexo: “Cuando las agentes son madres, comienzan los problemas, a la hora de pedir otro destino, a la hora de reducir la jornada.  Muchas demuestran su valía profesional pero cuando son madres se les empieza a desconsiderar”.  

Otro ejemplo, en el SEPRONA hay 3.000 hombres y 12 mujeres: “Hay que analizar por qué sólo hay 12, ¿qué pasó en el proceso de selección? ¿cómo fue?, normalmente no contamos con datos desagregados por sexo”. O este otro: “¿Por qué en el Servicio Marítimo de la Guardia Civil (SEMAR) casi no hay mujeres y por qué las cuatro únicas mujeres están en la misma unidad?”.

¿Qué especificidades se dan a la hora de abordar situaciones de maltrato en el entorno rural?
 
En el caso de la violencia de género hay que ver cuáles son las necesidades específicas "En el mundo rural aún por hacer ante cas en el mundo rural, porque son completamente distintas a las que se dan en las ciudades. No en lo que significa en sí la violencia de género, pero no es lo mismo vivir en un entorno rural y afrontar esa violencia de género que vivir en un entorno urbano. El entorno urbano te da más discreción, sin embargo, el entorno rural, de entrada, paraliza mucho a las mujeres. Hay buenas campañas, están muy bien hechas, existe información, se guarda la identidad en las llamadas telefónicas…. Pero en el mundo rural aún queda mucho recorrido por hacer. No recuerdo ni una sola de estas campañas en que aparezcan, por ejemplo, agentes de la Guardia Civil.

No es lo mismo para una mujer acceder a una comisaría de policía en una ciudad -que incluso aunque sea de su barrio, igual no la han visto en su vida- que dirigirse a un cuartel de la Guardia Civil. Normalmente antes de acudir a un cuartel las mujeres ya han agotado otros recursos, por ejemplo se han dirigido a atención social del ayuntamiento o incluso recurren a organismos de la capital, más publicitados habitualmente o han hecho diversas llamadas telefónicas para recabar información. Porque ir al cuartel significa que se la va a reconocer, se sabe que es “hija de”, “mujer de”.
 
Por eso cuando acuden a un cuartel, normalmente, es porque la violencia es extrema; es decir, cuando ya ha habido golpes. La violencia continuada y menos severa -que en el mundo rural tiene una tasa bastante alta- todavía no está apareciendo en los cuarteles, la que realmente está apareciendo es la violencia extrema. Vienen con golpes, con marcas… y cuando ya temen por sus vidas y no les queda otro remedio que acudir a un cuartel.

¿Qué encuentra una mujer cuando marca el 062 o bien cuando acude al cuartel?
 
La mayoría de la plantilla en los cuarteles, por no decir la totalidad, es masculina y además escasa. En algunos núcleos rurales es muy, muy escasa. Porque la Guardia Civil, como aún no ha hecho una reestructuración de su propio organigrama, mantiene cuarteles muy pequeñitos, que pueden estar ocupados por cinco agentes, normalmente hombres.

Encontrar agentes femeninos en los cuarteles es difícil y programar agentes para estos casos tampoco nos parece justo, no puedes crear una plaza sobre para atender casos de violencia de género, simplemente porque la población rural no es muy grande. Además, las agentes suelen solicitar vacantes en núcleos grandes donde cuentan con más servicios (escuelas infantiles, colegios, lugares de ocio…) y donde pueden compatibilizar mejor su vida laboral con la familiar y personal, pocas piden ir al entorno rural.
 
Por eso, de entrada, una mujer que ha sufrido maltrato, cuando llega a un cuartel para contar su situación (en ocasiones ni hace falta porque viene ya marcada por los golpes recibidos) tiende a paralizarse y es normal.

¿Cree que se “señala” a las mujeres que han sufrido maltrato?.

Mi unidad está ubicada en un pueblo de 7.000 habitantes, el cuartel más próximo está en otro pueblo de 500 habitantes.
 
Todo el mundo se conoce y te conocen. En el momento en que alguien se acerca a un cuartel (no digo que la información salga de allí), no ha pasado ni media hora y ya es el comentario de toda una comunidad: ya se sabe quién fue, por qué, cómo ha ido todo… Creo que ese temor a perder la intimidad es lo que paraliza a muchas mujeres en el mundo rural, porque se entiende que es algo que pertenece al entorno familiar y que enseguida se convertirá en ámbito público. Pero no tiene nada que ver con el trabajo policial que desarrollamos; pertenece a la cultura tradicional rural y a como están organizados los pueblos.