CALENDARIO DE MOVILIZACIONES

LA SEGURIDAD ES UN DERECHO DE LA CIUDADANÍA, ....., CON LOS RECORTES ..... QUIEREN DESTRUIR LA SEGURIDAD PÚBLICA, ...... NO NOS CALLARÁN,

Presentación

Estamos viviendo en una sociedad de información que depende cada vez más de la creación, la administración y la distribución de la información, el acceso a las nuevas tecnologías en materia de información nos ofrecen infinidad de posibilidades para comunicarnos que debemos aprovechar, obvio es afirmar que disponer de información y poder transmitirla tiene una importancia fundamental para las organizaciones sociales.

La pretensión de crear este Blog, supone cumplir varios retos, el primero darnos a conocer, resulta fundamental que todos nuestros lectores, sean o no afiliados a nuestro Sindicato, conozcan y participen de nuestros trabajo, en segundo y mas importante, pretende ser un lugar de encuentro donde compartir ideas, intercambiar opiniones y realizar propuestas.

Desde esta perspectiva, intentaremos dia a dia proporcionar la información que consideremos importante para fortalecer la salud del colectivo policial desde el prisma sindical.

Os esperamos.

martes, 2 de noviembre de 2010

Policías en pie de guerra. por Javier García Olorón, Delegado sindical de CCOO en Policía Foral

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Los policías municipales y forales de toda Navarra están en pie de guerra. La guerra de los siete meses, ése es su nombre, así se le conoce en el colectivo de uniformados del Viejo Reino. Desde las estepas bardeneras hasta los riscos pirenaicos se escuchan los tambores llamando a la batalla. 

La movilización es general, jóvenes y viejos, hombres y mujeres, dispuestos a vivir una epopeya, a escribir una página en la historia de nuestra tierra. Se sienten agredidos de una manera traicionera y cobarde, y están dispuestos a pasar al contraataque y restaurar el equilibrio y la paz emocional arrebatados. ¿Suena raro? Somos antes que nada personas, y en estos momentos los ánimos de los policías están soliviantados ante el atropello del que hemos sido objeto.

Los responsables políticos de esta agresión sin precedentes contra el colectivo uniformado son los dirigentes de dos partidos, UPN y PSN. Sólo media docena de líderes de estos dos grupos, tres por bando, idearon el ataque y son los verdaderos responsables de la grave situación que se ha generado. ¡Quien lo iba a decir! Policías contra políticos, policías contra los que los mandan. Pero… ¿quién inició el conflicto y por qué? 

Se ha comentado mucho y se seguirá hablando sobre la Ley de Policías de Navarra aprobada el pasado 14 de octubre. No vamos a entrar, por tanto, a analizar una vez más los pormenores de dicho precepto. Sí queremos llamar la atención acerca del, a nuestro juicio, monumental error de los que dirigen nuestros destinos al crear esta confrontación entre la ley y su brazo ejecutor.

Cualquiera en su sano juicio comprendería que debe haber una buena sintonía y coordinación entre la Policía y los gobernantes, es algo lógico. Buscar el enfrentamiento sólo trae deterioro para las dos partes y, por extensión, para los ciudadanos. ¿Cómo es posible, entonces, que estos partidos políticos que tanto hablan de convivencia pacífica en nuestra sociedad estén generando esta crispación de forma tan gratuita? Curiosamente ahora que otros grupos políticos parece que optan por las vías pacíficas, los que ostentan el poder lanzan esta pedrada contra la Policía. Sorprendente.

Es falso, rotundamente falso, que el colectivo de uniformados pretendiera mejoras en sus condiciones laborales como pregonan esos líderes políticos en los medios para justificar el atropello. Es falso, rotundamente falso, que ésta sea una buena ley que beneficia al ciudadano.

Es falso, rotundamente falso, que no se pierden un montón de derechos adquiridos a lo largo de décadas.

Y, por el contrario, es muy cierto que esta ley nos acerca de nuevo al colectivo policial, a modelos superados de regímenes anteriores. Es muy cierto que rompe el equilibrio de la conciliación laboral y familiar, además de mermar el sagrado derecho de la presunción de inocencia y la defensa de los agentes en determinados supuestos, aparte de otorgar un blindado poder de hacer y deshacer a su antojo a los jefes policiales.

La guerra de los siete meses ha comenzado. ¿Qué significa eso? Pues sencillamente que en siete meses tendremos las elecciones municipales y autonómicas, y las policías de Navarra no queremos dejar pasar esta oportunidad para hacer partícipe a la ciudadanía del atropello del que hemos sido objeto y pedirles que expresen en las urnas su rechazo a esta injustificada agresión.

Eso es hacer política, y los policías no deberían hacer política, desde luego. Pero, ¿quién los impulsa a ello? En la larga noche que los representantes del colectivo pasamos con el máximo líder socialista, éste nos decía que nosotros no debíamos hacer política. Le respondimos que él tampoco debía hacer antisindicalismo, pero al recortar con la ley nuestros derechos, incluso bajo sospecha de inconstitucionalidad, lo estaba haciendo, a la vez que nos empujaba a la batalla en ese terreno tormentoso de la política. Los policías de Navarra se sienten agraviados y quieren expresar su más enérgica repulsa. Suena duro, pero es la realidad, por eso hay que contarlo, para que se tome conciencia del estado de las cosas y se trabaje duramente en la búsqueda de una solución.

Este conflicto va a tener muchos frentes. Los líderes sindicales hemos hecho un llamamiento para que todas las batallas se den dentro del marco de la legalidad. Y van desde las concentraciones de protesta y manifestaciones en la calle, hasta las acciones en el ámbito jurídico, iniciativas populares para la modificación de la ley, comparecencias ante los medios, etcétera.

Los hombres y mujeres de las policías de Navarra se aprestan al combate con la moral alta y con el convencimiento de que la razón está de su lado. Una lucha sin cuartel por la consecución de un fin más que justificado. 

Allá por el mes de mayo, cuando los tibios rayos solares derritan la nieve de las altas cumbres y en las praderas resuene la sinfonía primaveral de luz y color, la duda se habrá despejado y podremos ver nítidamente el paisaje después de la batalla.

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