El
ejecutivo de Mariano Rajoy continúa con su campaña de desprestigio de la imagen
de los empleados y empleadas del sector público, al culparnos de aumentar el
déficit público cuando nos ponemos enfermos o sufrimos una lesión por
accidente.
La
medida que hoy traemos a nuestra página, es un anticipo de las muchas que, de
manera indirecta se nos podrá aplicar, aunque en un principio parece que va
destinada a los funcionarios civiles del Estado.
Dentro del Plan Nacional de Reformas para el 2012, enviado a Bruselas, en su apartado
19 denominado “Plan
para combatir el absentismo de los empleados públicos”, contempla que a lo largo de este año "se
reformarán las condiciones de acceso y permanencia en la situación de
incapacidad temporal de los funcionarios civiles del Estado", nuestro Gobierno, considera debe atajar la "elevada" tasa de absentismo entre
los funcionarios y funcionarias por lo que
prevé que los empleados públicos no
cobren la totalidad de su salario durante los tres primeros meses de baja por
incapacidad temporal, modificando el cómputo de las situación de incapacidad temporal en días en lugar de meses para textualmente "reflejar con exactitud la
situación real de la enfermedad".
Además, no se abonarán los subsidios en caso de incomparecencia injustificada a los
reconocimientos médicos
y se acortarán los plazos de expedición y entrega de los partes de baja por
parte de los afectados.
El Gobierno que desgraciadamente no se ha enterado de
que los empleados y empleadas públicas no somos culpables de la crisis que
padece la administración, para justificarse ante la opinión pública, y como
aquello del “cafelito y
el periódico” no les salió bien nos atacan, ahora con que "dado que las situaciones de
ausencia se remuneran, el absentismo produce un perjuicio directo a las arcas públicas de imposible justificación, con
los consiguientes
costes para el conjunto de la sociedad".
También y para redondear el disparate, manifiesta que
el absentismo "repercute
directamente en la productividad de la Administración Pública no sólo a consecuencia de las
ausencias, sino también
debido a sus efectos negativos sobre la motivación de los empleados que acuden
a su centro de trabajo y sobre el desempeño de labores por éstos que normalmente
no son de su competencia".
Asimismo,
el Ejecutivo considera que el absentismo contribuye "a aumentar la interinidad en el empleo
público, lo que también puede repercutir en la productividad del trabajo".
Es decir que para el funcionario Montoro, el déficit
público, la falta de motivación en el trabajo y la interinidad es culpa de los
trabajadores y trabajadoras que sufren enfermedades o han tenido la desgracia
de sufrir un accidente.
¡Que pena!, o parafraseando el dicho, ojalá que lo
que nos recortes en salud te lo gastes en medicinas.
Imprimir
No hay comentarios:
Publicar un comentario